domingo, 26 de enero de 2014

Reciclando una caja de botellas

Caja de botellas
Alguna que otra vez habrá caído en nuestras manos, alguna caja de botellas (con ellas o sin ellas). Sé de alguien que le encantan las cajas y guardarlo todo en las mismas. Es una forma de tener las cosas clasificadas, ordenadas y visualmente bonitas. 

Pues bien, os voy a contar algo muy fácil que cumple con lo comentado. 


Mi padre, que estaba muy enfermo sabía desde hace mucho que me encantaban las vespas, y mientras más antiguas, mejor.


Inició una colección para regalármela pero desgraciadamente falleció y, cumpliendo con su ilusión, mi madre me la acabó de completar.
El proceso

Quería que tuviesen un lugar destacado y tras mucho buscar una vitrina y no encontrar nada que me gustase, decidí a hacerla yo mismo. 

Para ello cogí una caja más bien plana de botellas, eliminé los separadores y tomé medidas del grosor de los separadores de las botellas y de lo que sería la puerta de la futura vitrina.

Acto seguido desmonte la caja por completo, la encolé y reforcé con pequeños clavos en los ángulos. Entretanto encargué en una cristalería lo que serían los estantes y la puerta de la vitrina.

La parte quizá más laboriosa fue la decoración. Utilicé restos de un papel pintado que tenemos en casa, de una "carta náutica". Hay que recortarlo con las medidas exactas de cada parte y pegarlo (utilicé una solución de cola de madera y agua).

Después ya solo queda colocar los estantes, la puerta y lo más importante:  LAS VESPAS.

Este fue el resultado, a ver que os parece:

En un lugar descatado
¡¡¡GRACIAS PAPÁ!!! ESPERO QUE TE GUSTE

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