Os voy a enseñar uno de mis mayores tesoros materiales y al mismo tiempo, uno de los divertimentos que tengo, tanto para admirar y pasear, como para "jugar". Y no es otra cosa que esta Vespa 125 N del año 1958.
Llevaba mucho tiempo buscando una Vespa clásica que al mismo tiempo no tuviese una cilindrada superior a los 125 c.c., de forma que pudiese conducirla sin carnet de moto. Después de mucho buscar y buscar, a través de muchas páginas, me encontré con esta que estaba a la venta en mi misma localidad. Tras negociar y pagar en parte con otra que tenía, resultado de un regalo de mi amigo Chema, me hice por fin con ella.
Externamente estaba bastante bien pues su anterior propietario la recogió en un estado lamentable y con un amigo la restauró. De todo esto dan fe las numerosas fotos que me regalo, junto con el soporte trasero de la rueda de repuesto y que expondré en alguna entrada posterior.
Mecánicamente no estaba tan bien, los frenos no hacían honor a su nombre, el eje de la dirección tenía mucha holgura y el embrague prácticamente no funcionaba.
La Vespa, como diseño y mecánica italiana, del período de la postguerra, supuso una innovación a todos los efectos. Se concibió para dar solución a los problemas de tráfico y movilidad urbana muy diferentes a los de ahora. Era un medio de locomoción asequible y sencillo de transporte, para aquellos que no podían permitirse el comprar un automóvil. Aparece en 1946.
Su nombre procede de un comentario de Enrico Piaggio (promotor de la Vespa) al ver el primer prototipo: "¡Parece una avispa!"
El artífice del diseño y la propia ingeniería no fue otro que el genial Corradino D'Ascanio, un técnico aeronáutico con una capacidad creativa impresionante:
En 1919 inventa un horno eléctrico para la cocción del pan, en 1926 un cohete vengala de encendido retardado para aeronaves, en 1932 la hélice con rotor de inclinación variable en vuelo, en 1952 una máquina electroneumática para la catalogación y búsqueda rápida de documentos, hasta inventó una pitillera de bolsillo con apertura automática para uso personal.
D'Ascanio en 1932 supervisa la configuración de la construcción de un ambicioso túnel de viento, con cámaras aerodinámicas, en Finale Ligure. Inicialmente defectuoso, se convirtió en el banco de pruebas aeronáutico de Europa.
Para aquellos que quieran saber más sobre la historia de la Vespa, os recomiendo el libro de la fotografía que aparece a la izquierda de Ediciones Susaeta, "Atlas ilustrado de la Vespa". La mayor parte de los comentarios de esta entrada, figuran en el citado libro.
Está fantásticamente ilustrado y tiene todo lujo de detalles, desde la historia hasta los distintos modelos que han ido apareciendo a lo largo de los años.
La suelo utilizar los domingos que es cuando dispongo de algo de tiempo, básicamente para algún recado. Para ello tiene que haber unas condiciones climáticas adecuadas, pues el hecho de que lleve el motor en un lateral hace ya que su conducción en las curvas sea más complicada, si a eso unimos las limitaciones en la frenada hace que la capacidad de reacción ante un imprevisto sea muy limitada.
No obstante, con un día soleado y disponiendo de tiempo, para mi, es uno de los mayores placeres; se une lo antiguo con la historia y el disfrute del paseo. Su velocidad máxima está en torno a los 50 km/h, para eso la superficie tiene que ser plana, pues en cuestas algo pronunciadas me adelantan hasta las bicicletas. Sin embargo, te permite en el desplazamiento observar el dinamismo de la propia vida. Lo más bonito, los paisajes.
Me encanta "mantenerla", el ir reparando alguna que otra pieza, ajustarla, tenerla limpia y siempre en estado de revista, hace que puedas conocerla cada vez más. En ocasiones pasan meses y enciende sin mayores contratiempos. ¡¡¡Menuda máquina!!!
Espero que os haya gustado